“Este paquete introduce nuevas prohibiciones de importación de la UE por valor de 7.000 millones de euros para frenar los ingresos de Rusia, así como restricciones a la exportación de tecnología clave” utilizada por el Ejército y la industria rusa, según comunicó la Comisión Europea.
Al mismo tiempo, las nuevas medidas sientan las bases legales para limitar el precio del petróleo de Rusia, lo que “permitiría a los operadores europeos emprender y apoyar el transporte de petróleo ruso a terceros países”, siempre y cuando su coste “se mantenga por debajo de un ‘límite’ preestablecido”.