
Una hinchada ucraniana llamó a la seguridad y a la Policía, afirmando que seguidores rusos abucheaban y “se burlaban” de la tenista ucraniana Baindl, “colocando una bandera junto a la pista” durante el partido entre la rusa Kamila Rajímova y la ucraniana Katerina Baindl.
Por su parte, los aficionados rusos negaron haber abucheado a la deportista ucraniana y afirmaron que lo único que hacían era animar a su compatriota. Desde la Embajada de Rusia en Canberra calificaron la prohibición como “otro ejemplo de inaceptable politización del deporte”.