
Algunos anglicanos liberales quieren que la Iglesia de Inglaterra abola las referencias a Dios como varón en las Escrituras y en los servicios religiosos, pues consideran que se trata de “una mala interpretación teológica” que es la base del sexismo actual.
Pese a los esfuerzos de los anglicanos liberales, cualquier cambio en la liturgia de la Iglesia es posible solo con la aprobación unánime del Sínodo, donde existe una fuerte oposición.