
Este sábado miles de israelíes volvieron a salir a las calles en varias ciudades del país para protestar contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu. Ante este escenario, cada vez surgen más señalamientos sobre los riesgos que corre la economía del país en caso de concretarse la iniciativa.
El descontento con la propuesta del Ejecutivo, considerado como el más conservador y de extrema derecha en la historia del país, se evidencia también en las encuestas. Así, un sondeo realizado por el Canal 12 a mediados de febrero mostró que solo un 24 % de los entrevistados apoyaba la reforma sin cambios, mientras que un 31 % abogaba por renunciar a la idea y un 31 % optaba por posponerla para dialogar sobre el contenido.