“La Iglesia está abierta a todos, pero hay leyes que regulan la vida dentro de la Iglesia”, indicó el sumo pontífice en respuesta a un periodista que resaltó la falta de coherencia del catolicismo por hablar de igualdad pero no otorgar los mismos derechos a mujeres y homosexuales.
“Según la legislación, no pueden participar de [algunos] sacramentos. Esto no significa que esté cerrada [para ellos]. Cada persona encuentra a Dios a su manera dentro de la Iglesia”, argumentó Francisco.