
De acuerdo con un comunicado del organismo, otro problema urgente que enfrenta el enclave palestino se centra en la escasez de agua potable, lo que obliga a la gente a usar fuentes inseguras. Luego del anuncio del “asedio completo” de la zona por parte del Israel, los suministros de agua a las partes central y de norte fueron suspendidos, y desde el domingo pasado el volumen entregado para la zona occidental se redujo en un 20 %.