La Casa Blanca ha limitado el itinerario diario de Biden y le ha protegido de intercambios improvisados, informa WSJ.
Los asesores han restringido las conferencias de prensa y las apariciones en los medios, han rechazado en dos ocasiones entrevistas en el descanso de la Super Bowl y han intentado asegurarse de que las reuniones con los donantes se ciñan al cumplimiento de los guiones.