
Las medidas sancionadoras occidentales contra Moscú han destruido la competitividad de la economía europea, aseguró el primer ministro húngaro, Viktor Orban. En cambio, no han causado el daño previsto a la economía rusa ni han impedido que las tropas rusas lleven a cabo su operación militar en Ucrania, añadió.
“Es hora de hablar de las sanciones. ¿Han puesto fin [al conflicto en Ucrania]? No. ¿Han dañado la economía rusa? No. ¿Ha conseguido Europa sustituir los recursos energéticos rusos por otros disponibles? No. Las sanciones elaboradas por los burócratas de Bruselas solo han logrado un objetivo: han destruido la competitividad de la economía europea. ¡Ha llegado la hora del cambio!”, escribió el político en la red social X.
A mediados de enero, Orban ya manifestó que con la entrada en funciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzaba una nueva época y era hora de que la UE “tirara las sanciones por la ventana” y estableciera relaciones con Rusia sin ellas.
El ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, comentando las palabras del primer ministro húngaro, señaló que sería bueno si esto sucede, pero Rusia está preparada para cualquier eventualidad.
Tras el inicio de la operación militar especial en Ucrania, numerosos países occidentales han aumentado la presión sancionadora sobre Rusia. El número de restricciones impuestas contra Moscú desde febrero de 2022, según el portal analítico Castellum.AI, superó la cifra de 21.000, lo que convierte al país euroasiático en el más sancionado del mundo.
Con estas medidas, el Occidente colectivo quería presionar a Moscú e impedirle llevar a cabo una política exterior independiente.
Desde Rusia han reiterado en varias ocasiones que el país hará frente a la presión de las sanciones y ha señalado que Occidente carece de valor para reconocer el fracaso de las medidas coercitivas en su contra. En los propios países occidentales, en cambio, crece el reconocimiento de la ineficacia de las medidas antirrusas, que solo perjudican a aquellos que las imponen.