
Científicos determinaron el origen del cráneo, que durante varias décadas se creyó que pertenecía a la hermana menor de Cleopatra, Arsinoe IV. En realidad, era el cráneo de un niño cuyos genes indican un linaje de origen en Europa.
La hipótesis de que la hermana de Cleopatra fue enterrada en la tumba de Éfeso surgió por el hecho de que en la apariencia del Octágono se consideraba la similitud arquitectónica con el Faro de Alejandría y también por los hechos históricos de que Arsinoe IV fue asesinada en Éfeso por orden de Marco Antonio, el amante de su hermana mayor, en el año 41 a.C.
Ahora, los antropólogos de la Universidad de Viena (Austria) determinaron que el cráneo pertenecía a un adolescente con anomalías en el desarrollo de los huesos del cráneo (especialmente el maxilar superior), que murió a la edad de 11-14 años, antes de lo que cabría esperar para Arsinoe.
Para determinar cuándo vivió este hombre, los científicos recurrieron al análisis del radiocarbono. Al principio, los investigadores obtuvieron una fecha calibrada de 355-170 a.C. Sin embargo, tras realizar ajustes para tener en cuenta el probable efecto reservorio, llegaron a la conclusión de que murió entre 205 y 36 a.C.
A continuación, los paleogenetistas aislaron ADN antiguo del cráneo, el fémur y la costilla para determinar si los restos pertenecían a un único individuo, de qué sexo era (o eran) y de dónde procedían. El estudio genómico demostró que las muestras analizadas no podían pertenecer a Arsinoe IV, ya que tanto el cráneo como el fémur (posiblemente también la costilla, pero la calidad del ADN extraído de este elemento dejaba mucho que desear) eran restos de una persona de sexo masculino.
La investigación genómica posterior reveló que el adolescente, cuyo enterramiento se excavó en Éfeso, no parecía tener una cantidad apreciable de ascendencia norteafricana. En cambio, sus antepasados eran genéticamente similares a las personas que, en las Edades del Bronce y del Hierro, vivían en el sur de Europa. Desde el punto de vista genético, lo más parecido al chico eran las poblaciones que vivían en la península de los Apeninos y Cerdeña en torno al año 500 a.C.
“Lo que ahora podemos constatar con certeza es que la persona enterrada en el Octógono no era Arsinoe IV, y la búsqueda de sus restos debe continuar”, escriben los investigadores de la Universidad de Viena.
El sarcófago con los restos fue hallado en 1929 por el arqueólogo Josef Keil en las ruinas del Octágono de la que fuera la calle principal de Éfeso (situada en el territorio de la actual Turquía). El esqueleto estaba totalmente conservado, pero el científico solo se llevó el cráneo para estudiarlo más a fondo. Keil conjeturó que pertenecía a una persona importante, probablemente una mujer que murió con poco más de 20 años. El resto del esqueleto se excavó posteriormente, en 1982.
Cleopatra murió a los 39 años. Fue enterrada junto a Marco Antonio, la tumba de la reina del Antiguo Egipto nunca ha sido encontrada.
El estudio fue publicado en Nature.