El proyecto contó con 65 votos a favor. La iniciativa autoriza al Ejecutivo a “efectuar las operaciones de administración de pasivos y/o canjes y/o reestructuraciones de los servicios de vencimiento de intereses”.
El proyecto de Ley de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa de la Argentina fue sancionada hoy por unanimidad en el Senado de la Nación, tras un debate de casi nueve horas en el que el oficialismo y la oposición, pese a votar juntos, se cruzaron para responsabilizarse mutuamente de la actual situación financiera y económica del país.
La iniciativa había sido aprobada la semana pasada por amplio consenso en la Cámara de Diputados, donde sólo los dos representantes de la izquierda votaron en contra.
El proyecto para renegociar la deuda externa que la Cámara de Senadores aprobó con el voto de los 65 senadores presentes declara “prioritaria para el interés de la República Argentina” la restauración de la sostenibilidad de la deuda pública externa.
La iniciativa, además, autoriza al Poder Ejecutivo a “efectuar las operaciones de administración de pasivos y/o canjes y/o reestructuraciones de los servicios de vencimiento de intereses y amortizaciones de capital de los títulos públicos emitidos bajo ley extranjera”.
Pese a votar juntos, representantes del oficialista Frente de Todos y del interbloque opositor de Juntos por el Cambio se cruzaron varias veces en discusiones con las que se acusaron mutuamente de ser responsables de la actual situación económica de la Argentina.
El intercambio más duro se dio entre el senador del Frente de Todos, Oscar Parrilli, y la representante de Cambiemos, Laura Rodríguez Machado, cuando la senadora afirmó que Mauricio Macri había recibido un país en “default” y el legislador del kirchnerismo pidió la palabra para acusar al macrismo de “mentir incesantemente”.
Parrilli aseguró que el gobierno del macrismo “fue peor que la dictadura” en cuanto a endeudamiento después de que Rodríguez Machado afirmó que Cambiemos recibió un país “afuera de los mercados de crédito” y rechazó las comparaciones a la herencia recibida con la crisis de 2001.
El debate había comenzado más distendido poco antes de las once de la mañana con la exposición del presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el peronista cordobés Carlos Caserio, quien declaró que el gobierno de Fernández buscaba renegociar para pagar la deuda externa en un contexto complejo debido a que recibió “un país mucho más pobre y endeudado de un modo impresionante e insostenible”.
Con el pasar de las horas, y con una lista de 40 oradores, los ánimos fueron caldeándose.
Por ejemplo, la peronista mendocina Anabel Fernández Sagasti acusó al Fondo Monetario Internacional (FMI) de haberle hecho un “préstamo político” a la Argentina para “pagarle a Cambiemos la campaña electoral más cara de la historia del país”.
En un tono parecido se manifestó el jefe del bloque oficialista, José Mayans, cuando mencionó que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, apoyó la reelección del ex presidente Mauricio Macri gestionando el préstamo de 57 mil millones de dólares del FMI.
“Cuando el gobierno de Macri va al Fondo es cuando se establece una deuda política. El presidente Trump decidió acompañarlo a Macri en la reelección porque nosotros, como decían, éramos lo peor que había en la política”, aseguró Mayans.
Sin embargo, hacia el final de su intervención, el legislador formoseño agradeció el acompañamiento de la oposición al proyecto enviado por el Poder Ejecutivo.
Previamente, el líder del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff, había afirmado que “en la Argentina la política no asume responsabilidades” y cuestionó al bloque del Frente de Todos al afirmar que “no asumen que son oficialismo”.
“No se si tienen esa alegría contenida que se presentan al recinto de manera efusiva, con agravios, improperios y discursos de tribuna. Y lo hacen hoy que el país necesita lo que les va a dar la bancada de Juntos por el Cambio: un respaldo al gobierno”, destacó.
En tanto, el senador porteño de Juntos por el Cambio, Martín Lousteau, dijo que “el único desendeudamiento real es cuando hay superávit fiscal” y opinó que “este es un país que cobra cada vez más impuestos y sin embargo la plata no le alcanza”.
“El único desendeudamiento real es cuando hay superavit fiscal. Si tengo déficit, es imposible que haya desendeudamiento”, opinó Lousteau.